14 de abril de 2016

Ser CIENTÍFICO en Uruguay: difícil pero no imposible...


Buen nivel académico y baja remuneración sobre todo al inicio de la carrera, aumento de oportunidades para desarrollarse en los últimos años pero aún insuficiente inversión. Así puede resumirse el ser científico en Uruguay, según sus principales actores. Y, por esas cosas donde la emoción nubla la razón, el país tira pese a los obstáculos existentes.
Los recursos humanos, la apuesta a una mejor formación y el surgimiento en los últimos diez años de entidades promotoras e impulsoras de las ciencias, como la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII, 2007) y la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay (Anciu, 2009) son las fortalezas señaladas por Susana González, presidenta del Consejo Directivo del Iibce, donde trabajan unas 300 personas, entre científicos presupuestados, con contrato a términos y becarios. Aún así, matiza: "Esto no se hace por el salario. El que decide ser científico, es porque lo ama". En esa institución tanto se clasifica al venado de campo como se estudia la semilla de raigrás que produce más biomasa o se busca alguna molécula útil para el tratamiento contra el cáncer, el parkinson o el alzheimer. "Y, a veces, hay que poner plata de nuestro bolsillo para nuestras propias investigaciones", añade Adriana Mimbacas, también consejera de este centro de investigación.


CUATRO APORTES URUGUAYOS AL MUNDO CIENTÍFICO

- El médico perinatólogo Roberto Caldeyro Barcia, impulsor y exdirector del Pedeciba, programa creado en 1986 para la repatriación de científicos y realización de postgrados en ciencias, fallecido en 1996, fue pionero en el mundo junto a su colega Hermógenes Álvarez en la medicina perinatal. De hecho, por su trabajo la actividad uterina se mide en "unidades Montevideo".

- La propuesta y la argumentación de Gonzalo Tancredi, licenciado en la entonces Facultad de Humanidades y Ciencias, durante la asamblea general de la Unión Astronómica Internacional del 24 de agosto de 2006, fue fundamental para que Plutón (descubierto en 1930) fuera degradado a "planeta enano". Desde entonces, son ocho los planetas del Sistema Solar.

- El Padre de la Patria le dio su nombre al mayor roedor que jamás vivió en la Tierra. El Josephoartigasia monesi fue descubierto en Kiyú en 1987 y el paleontólogo Andrés Rinderknetch, del Museo de Historia Natural, concluyó en 2006 que era una especie nueva, que vivió por estos lares hace dos millones de años y medía 2,5 metros de largo.

- También en ese campo, un grupo de paleontólogos liderados por la investigadora Graciela Piñeiro descubrió en excavaciones en Mangrullo (Cerro Largo), en 2012, los restos fósiles de embriones de reptiles más antiguos jamás hallados. Se trata de mesosaurios y podrían llegar a tener 280 millones de años. Como en los otros casos, la noticia tuvo impacto mundial.

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