5 de julio de 2014

Paradojas sobre la educación pública uruguaya

La educación pública uruguaya está en crisis. Todos los estudios lo demuestran y la evidencia se sigue acumulando. El siguiente artículo, que cito completamente,  retoma los últimos datos y analiza las respuestas oficiales como explicación de los mismos. Concuerdo en que las paradojas son demasiadas...

Cuanto más se profundiza en el estado de la educación pública en nuestro país, más lamentable resulta el contenido de los informes que se conocen. Y en la misma sintonía van las explicaciones provenientes de sus autoridades.

De acuerdo a los datos surgidos de la Rendición de Cuentas y Ejecución Presupuestal presentada por el Ejecutivo, sobre lo cual se informó en este diario el miércoles pasado, surge que la escuela pública hoy atiende a 53.000 niños menos que hace 10 años.

Entonces, desde la dirección de la ANEP se dice que se debe a la baja de la natalidad que hay en el Uruguay. Y para reafirmar lo dicho, se indica que mientras en los noventa nacían unos 55.000 niños en cada generación, a partir del siglo XXI el número ha bajado a unos 47.000 alumbramientos anuales. Pero,primera paradoja, al mismo tiempo resulta que el alumnado en el sector privado creció un 18%, lo que significa 8.600 alumnos menos en la parte pública a partir de 2005, momento en que pasó a gobernar el Frente Amplio. 

La segunda paradoja es que se suponía que al llegar la izquierda al supremo control, habría de florecer la enseñanza impartida desde el Estado. Ese feudo que a lo largo de los años fue cooptado por dicha fuerza por medio de los cuadros directivos, gremiales y docentes, con una mayoría voluntaria (pobre de quien se atreva a no adherirse) o involuntariamente afín a esa línea política. Estrategia gramsciana que alcanzó una especie de apogeo con la ley de Reforma Educativa sancionada bajo la administración Vázquez, impulsada por los sindicatos y la entonces ministra de Educación, luego devenida en subsecretaria, la Ing. María Simon.

Tercera paradoja. De acuerdo a la misma dirección, cuando hay una mejora económica en la sociedad, esta elige mandar a sus hijos a los colegios privados. O sea, un claro reconocimiento de que la escuela pública es peor, porque de lo contrario, es difícil que se privilegie tener que pagar por la enseñanza de los menores, si de igual calidad se trata en establecimientos de ambos tipos. Máxime cuando una buena parte de los padres tiene que hacer un gran esfuerzo y hasta sacrificios, para poder solventar esos costos.

Cuarta paradoja. Tampoco es de recibo el argumento de la baja tasa de natalidad como motivo de la reducción de los educandos en las escuelas bajo el imperio de la ANEP, si se tiene en cuenta que todos los estudios al respecto muestran que es en los estratos más pobres donde nacen más infantes. Y es justamente en este sector de la sociedad donde no hay otra opción que mandar a estudiar a los niños a la enseñanza gratuita. 

La quinta paradoja es que no hace mucho se conoció un relevamiento efectuado en el Palacio Legislativo. Tras ello se supo que la gran mayoría de los legisladores del Frente Amplio mandaba a sus vástagos a estudiar en centros educativos privados.

La sexta paradoja es que desde 2005 a 2013, el gasto real por estudiante de Educación Inicial y Primaria, aumentó un 133%. Lo cual indica una inversión por estudiante de 49.000 pesos por alumno. Para los liceales, el crecimiento fue de un 111%, equivalentes a 48.000 pesos por alumno. La mayor parte del gasto fue para remuneraciones. El salario de los maestros creció un 155% y para los profesores de Secundaria la suba fue 129%.

La séptima paradoja, por no llamarla de otro modo, es que presenten como motivo de esta merma un hecho que en principio debería ser una buena noticia, pero que lamentablemente encierra una gran falacia. Aduce el directivo que en Primaria hay menos alumnos porque últimamente ha habido una caída en la repetición, que pasó de 8,6% en 2004, a 5,4% en 2013. Especifican que el descenso se ha dado especialmente, en las escuelas del quintil de menos recursos económicos, donde históricamente hay más altas tasas. De primero a sexto año bajó de 12,8% a 9,1% entre 2004 y 2012, afirman. Pero lo que no mencionan es que, cuando llegan al liceo, en el primer año, un 30% tiene que repetir. Las carencias educativas que traen de Primaria, sorteadas por el llamado "pase social" que permite pasar al liceo a jóvenes que ni siquiera saben escribir correctamente su nombre, las arrastrarán luego por la enseñanza media, donde el índice de repetición es mayor al 40%. Y para mayor descrédito, están las 3.000 horas sin adjudicar este año en Secundaria, con el subsiguiente perjuicio a los estudiantes y al nivel de la educación.

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