27 de abril de 2008

"Escuela que me has hecho tanto MAL..."

El artículo de Miguel Ángel Santos Guerra titulado Efectos secundarios me ha hecho mucho pensar en la raíz de algunos problemas que aquejan a la escuela. Voluntariamente provocador, algunos de los puntos que plantea son los siguientes:
  • A fuerza de estar sentados uno tras otro ante el profesor, aprenden que no tienen nada que compartir unos con otros, que nada pueden aportarse unos a otros.
  • A fuerza de recibir un curriculum estructurado, organizado y desarrollado sin que les corresponda otro papel que el de meros receptores, les hace pensar que no son capaces de decidir lo que quieren aprender, cómo lo quieren aprender y de qué forma prefieren aprenderlo.
  • A fuerza de recibir órdenes, normas y castigos acaban aprendiendo que no son responsables y que no tienen la capacidad suficiente para estar solos.
  • A fuerza de estar tanto tiempo en silencio acaban por aprender que ellos no tienen nada que decir.
"Las palabras de Winston Churchill resumen a la perfección estas líneas: “Me encanta aprender, pero me horroriza que me enseñen”. Claro, si en la enseñanza domina la memorización, el aburrimiento, la competitividad y las comparaciones odiosas."

Podremos o no estar de acuerdo, pero vale la pena leerlo para reflexionar y sacar nuestras propias conclusiones...

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